Tarde nos enteramos del muy merecido homenaje realizado recientemente a un grupo de valiosas damas en Valparaíso: Delia Arteaga, Gabriela Correa, Oriella Recuerdo, Carmen Marín, Myrtha Crocco, María Bravo y Alicia Zúñiga, todas ellas valerosas luchadoras contra los atropellos a los DD.HH perpetrados en dictadura, promoviendo protección y ayuda a las numerosas víctimas de los “aparatos de seguridad” en Valparaíso, Viña del Mar y zonas del interior.
Junto a ellas estuvieron también Laura Soto, el Padre “Pepo” y el “paladín”, el incansable abogado Horacio Varela, al que muchas madrugadas lo sorprendían recorriendo cuarteles, comisarías y servicios médicos de emergencia. Asimismo se nos vienen a la memoria Ana María Reusch, periodista de F.A.S.I.C, Hernán Quintana, Patricio Yañez, Gonzalo Herrera, Hernán Lillo.
De las damas, sin el menoscabo de este recuerdo por sus demás congéneres, impresionaron nuestros espíritus María Bravo, por la dedicación y esfuerzo que día a día le consagró a esta causa, y Mirtha Crocco, cuya hija adolescente de primaverales años fue cobardemente asesinada por los agentes de la dictadura.
Los nombres de todas estas bellas almas homenajeadas deben quedar esculpidos para la eternidad, con delicados caracteres en una placa fija, en un muro de un edificio oficial importante de Valparaíso, para romper nuestro olvido tradicional.
ACCIÓN DE CONVERGENCIA CÍVICA rinde un profundo y emocionado homenaje a estas mujeres plenas de amor, bondad y valentía.